De pronto me despierto y me siento en la cama.
Solo fue un sobresalto momentáneo.
La cabeza la siento en otra parte.
Me levanto para salir de la habitación,
pero antes me viro y te veo dormida.
Salgo y cierro la puerta,
y un ruido que escucho en el cuarto
me detiene, y solo el silencio me habla.
Abro la puerta y te veo;
sigues dormida, en la misma posición,
pero ahora estás desnuda,
y me sorprendo…
Acaso sueñas con estar desnuda,
y será que yo leo hasta tus sueños,
pero no digo una palabra.
De nuevo cierro la puerta,
todavía intrigado,
y casi sin pensarlo la abro de nuevo:
¿Qué veo? ¡No puede ser!
Sigues allí dormida,
¡pero ahora estás vestida, en ropa de cama!
No puede ser.
Cierro la puerta y casi de inmediato la abro:
¡Cosa de locos! ¡Desnuda!
Y del susto cierro tirando la puerta,
y confundido me despierto y me siento en la cama,
y te veo a mi lado,
desnuda, dormida, y entre sueños
me dices que me amas.
Frank Calle (15/Agosto/2019)
Para el fuego que alumbra
La ballena llega y cierra
La ventana es estrecha
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