AMBIDEXTRA
(( Texto Experimental Neosurrealista ))
Hábil fuego abajo como arriba
Volcán ágil submarino tierno
Allá virtud ardiente miel
Aquí perlada pureza
Aunque las dificultades no se limitaron, ni mucho menos,
a la cuestión de adiestrar la fantasía temerosa, desnuda,
luego de reafirmar la tradicional posición del azúcar en
las cobijas del pasado deseado. Con la manzana del oro
hecho dilema, tibio, humedecido entre el bosque bello,
y las olas desatadas por los amplios poderes del sueño
sin tratar de cambiar las estructuras, amando el viento,
manteniendo el timón contra el naufragio del suspiro.
Y no por ello herir la susceptibilidad a las paredes que
miran extasiadas la columna espumando reloj y tiempo.
¡ Oh, ambidextra !… El hambre
ha escondido la calle con un
plato enredado a los ojos
del sol sabor amargo…
Con la voluntad, como cosa en sí, completamente rosa,
diferente de la unión inmediata con la esencia del vaso
en la sed almendrada, como mero fenómeno y no ella
misma, más allá de su apariencia de nube, en el perfume
más íntimo de los rincones compartidos. Entretanto las
proposiciones matemáticas desglosan los cuerpos ligeros
entre la piel suave y los segundos al alcanzar la certeza.
Allí donde se dice que es muy fácil tomar por realidad
un ensueño, cuando se sube al placer resbalándose de la
sombra de las vestimentas adormiladas en la alfombra.
Por el futuro pescador de pasados
agitando al reloj ebrio ardiente
cada esquina del destino seca
la cara expansión barata…
Si bien, teóricamente, cualquier oración franca y dulce,
puede convertirse de transitiva en pasiva con sólo saber
conjugar el verbo en esa voz. En esa acción que hace ser
al olvido un humo activo, sin dejar dudas en ambos, hoy
y mañana atrapados en el ayer, tan gráfico que resulta ser
justamente el inverso del sufrir la transformación ablativa.
Porque es cual cuando indica una cualidad que no admite
artículo y su antecedente es tal, como cuando el aprecio es
tal cual es… Sin dilapidarse, ni malversarse, ni excederse,
entre las ramificaciones del sentimentalismo inconsecuente.
Porque del tanto masticar la brisa
hornea la sed con mantequilla
testimonio de voz silvestre
en sombra desempleada.
Autor : JOEL FORTUNATO REYES PEREZ
Un elefante de fugaz
La agua es baja
Ya no cuida la agua
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