“Bajo las carátulas de las particellas se estampan
en signos los mandatos de hombres que aun muertos,
yacentes bajo mausoleos pomposos o de huesos perdidos
en el sórdido desorden de la fosa común,
conservan derechos de propiedad sobre el tiempo,
imponiendo lapsos de atención o de fervor
a los hombres del futuro.”
……………………..Los pasos perdidos – Alejo Carpentier
Impactan en mi mente estas palabras,
que me recuerdan los momentos de instrumentos disfónicos
antes del concierto.
Va entrando el público a la sala.
Los músicos afinan su instrumento.
Las luces crean un ambiente de fiesta;
amigos que se reencuentran;
desconocidos que se presentan;
una pareja de amantes se miran de reojo
en la distancia,
con miradas que besan…
Son minutos de sociedad,
teniendo de fondo sonidos disfónicos
de instrumentos que se afinan,
cada quien en su propia cuerda.
Y de pronto, a una señal de la batuta,
las luces parece que se mueren,
el silencio se hace absoluto,
se escucha el primer acorde,
con armonía perfecta.
La música se apodera de los cuerpos.
En la sala la creación viene de siglos,
por mandatos de hombres que yacen
bajo mausoleos pomposos o de huesos perdidos:
Hombres que nunca han muerto…
Bethooven se levanta de su tumba…
¡Está comenzando el concierto!
Frank Calle (26/ agosto/ 2021)
El parque es tan pálido
Un whisky es suave
Desde que la casa cierra
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