Aquí se queda todo
Aquí se quedan mis penas y alegrías,
aquí, todo se queda madre mía,
contigo las caricias cuando tierna yo te daba,
y el calor materno, que en mi ,
con amor derramabas.
Aquí se queda todo,
en esta humilde morada,
la que espera sentir
mis pasos de retorno,
al entrar por la puerta
que siempre tiene abierta.
Aquí se quedan mis tristezas,
como aquellas cuando te fuiste
a la morada eterna,
y, yo angustiada de dolor profundo,
sin poder retener más el llanto,
mis lágrimas me bañaban, sin encontrar
consuelo a tu ausencia.
Aquí se quedan todos los anhelos
para el mañana,
las ilusiones de la juventud efímera,
todos los afanes, gozos y ensueños ,
todo lo sucedido en aquel tiempo,
todo se queda encerrado en el espacio.
Aquí se queda todo en esta santa tierra,
la que me vio nacer y en un instante
el destino trazó mi trayectoria.
Aquí se quedan las huellas de mis pasos
recorridos, en sus calles polvorientas.
Aquí, todo se queda madre mía
y me llevo tu amor y el recuerdo
para siempre, en mi corazón y en mi mente.
Teodora León Salmón de Amiot (Telsa)
Una guitarra luminosa
Nunca canta la insecto
La ciudad es pálida
Ver biografia