Quisiera en estos versos denunciar tristes verdades,
Quisiera que ustedes al escucharlas no se callen.
Y es que tristemente, despierto cada día.
Tengo 18 años y he perdido la alegría.
Me miro al espejo,
Desprecio mi reflejo.
Creo o quiero creer que no es mi culpa.
Lo digo por usted, querida sociedad absurda.
Y es que…
El rey y el vagabundo tienen el mismo final.
Sociedad hipócrita que sólo sabe tachar.
Tachar con tópicos a todo aquel que viene a contradecir
lo que para ellos es la verdad.
¿Quién propuso que el dinero maneje la sociedad?
¿Quién fue el primero que dejó de luchar?
¿Quién decidió que el cuerdo era cuerdo, y no un loco de atar?
¿Quién creyó que el futbolista debía ganar más que el tendero?
¿Quién dijo que el mejor debía ser el primero?
¿Quién quiso hacer ver que los héroes llevaban capa y tenían superpoderes?
¿Quién llamó ídolos a famosos de la tele?
¿Quién pensó que era más que alguien?
¿Quién llamó naciones a terrenos de nadie?
¿Quién creyó que lo normal era lo bueno?
¿Quién despertó habiendo visto el cielo?
¿Quién se sometió a la triste realidad?
¿Quién afirmó que la pobreza era antónimo de felicidad?
¿Quién lloró y fue tachado de cobarde?
¿Quién se escondió y del trofeo hizo alarde?
¿Quién quiso nuestras vidas encauzar?
¿Quién nos dijo que sólo cerrando los ojos se puede soñar?
Todo ello me pregunto, cada día más.
Paso por la calle y me asusto
No sé ya qué es verdad.
Quizás no quiera observarlo, vivirlo…
Pero si denunciarlo, transmitirlo.
Miles de mujeres levantan cada día.
Costras en sus brazos y penas por heridas.
Siguen adelante, no tiran la toalla.
Ni pegan un tiro a ese chulo playa.
Sí, aquel que las maltrata,
Las pega y su libertad arrebata.
También se da al contrario,
No quiero obviarlo.
Lo único que pido es todo esto mostrarlo.
Es muy evidente, quizás ya esté claro
Pero no pasa nada, por una vez más…
Recordarlo.
Al otro lado del mundo,
Donde no hay princesas, pero si vagabundos.
Miles de niños mueren de hambre
Viven al día, carecen de padres.
Nadie les ayuda,
Nadie lo comunica.
Los medios de televisión se centran en que un rey abdica.
¿y dime tú que importa eso cuando niños no sonríen?
En su infancia, en su vida, tristemente ni viven.
¿Qué pasa?
¿No queremos verlo?
¿o lo vemos y callamos?
Me es indiferente, me abstengo de negarlo.
En mi cole hay una niña
Que no lleva bocata.
Se burlan de ella,
meten la pata.
Ella llega a casa,
Llora, llora
Ella no se rinde,
Mas ya ni se valora.
Intenta no comer,
La dicen que está gorda.
Pero a mi forma de entender
Toda ella es preciosa.
Poco a poco pasó el tiempo,
Y ella perdió peso.
Aquel niño que la insultaba,
Ahora es el obeso.
Ésta sufre anorexia,
Causada por ellos…
Tristes bastardos, menudos compañeros.
Con el tiempo se consume
La niña está en los huesos.
La llevan a terapia
Mas no pueden ya con ello.
Por dentro destrozada,
Sí, por todo aquello.
Sus órganos no funcionan,
Dejaron de hacerlo.
Con los meses fallece
Adiós miedo.
La madre llora, el padre calla.
En sus corazones una bomba estalla.
Dañaron su vida,
Eliminaron su infancia.
No hay vuelta atrás,
Da mucha rabia.
Que no, que no,
No me sale sonreír
Si hay tanto daño ahí fuera…
Me consuela,
Que por mucho que corten las flores,
no detendrán la primavera.
Eso mismo dijo Hernández,
Tal cual lo he recitado.
Eso mismo dijo aquel hombre
Que jamás vivió arrodillado.
Murió de pies, aunque fuera magullado.
Con la conciencia tranquila
Y el corazón desgastado.
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