Como duele. Después de haber pasado los mejores momentos de mi vida, la flor del amor que nos había envuelto con su perfecto aroma, se marchito. Ahora todo es diferente. Tener que verlo con la nueva persona que lo hace feliz, es un dolor inmenso, el cual al hacerme sufrir tanto sin ninguna herida, se gano mi respeto.
Podría jurar que el te amo que me susurraba todas las mañanas al despertar era mi mayor inspiración. El susurro de su espléndida voz junto a mi oído me hacía querer escribir mil versos de amor, con la pequeña intención de leerlos el resto de mi vida junto a el. La perfecta combinación de esos versos con su bella y armoniosa voz.
Estar a su lado me daba paz y tranquilidad, si no lo estaba, me asustaba. El abrazo que me sacaba de todos los problemas por un momento, como si estuviera fumando un cigarrillo, como si el fuera mi cigarrillo, encendido por el cerillo de la chispa del amor que juntos producíamos. El amor que ahora no existe. Lo nuestro era el tipo de relaciónen la que aprenden uno del otro, aunque yo aprendía mas de el, que el de mi.
El era un gran futbolista, había pasado de ser un estudiante que jugaba fútbol todos los recreos con sus amigos, a ser un futbolista profesional con el equipo que estaba conformado por todos sus amigos de toda su vida.
Yo era una simple escritora que no tenía fama ni fortuna, solo la increíble capacidad de escribir sobre cosas que me inspiraran, que me hicieran feliz , por ejemplo el. Escribía sobre el cada que viajaba a jugar contra otros equipos, escribía sobre la manera en la que sus pies se movían, sobre lo rápido que corría en la cancha, en como la increíble y potente fuerza que tenia para chutar el balón lo llevaba a las finales de fútbol mas deseadas por sus rivales, y sobre la sonrisa con la que llegaba siempre a casa cuando ganaba. Escribía también sobre la forma tan tierna y desagradable en que sus lágrimas se deslizában por sus mejillas cuando perdían, y en como eso lo motivaba. El me enseñaba movimientos básicos de fútbol, y yo le enseñaba a escribir de maneras que jamas pensó que podía. Me enseñaba las mejores jugadas que hizo en su mejor partido, y yo le enseñaba a combinar palabras para que escribiera excelentes párrafos. También me enseñaba sobre su vida fuera del fútbol, me enseñaba a ser fuerte cuando me sentía débil. Yo le enseñe a controlarse y hallar su paz interior cuando tenía inmensas rabias. El fue mi primer amor. Para mi era perfecto con todos sus defectos, me encantaba.
Cuando era niña pedí un novio como los príncipes de disney y pensaba que si no conocia un chico así no estaría con nadie, tenia que vestirse como todo un principe, actuar como un príncipe, mantenerse arreglado y debia amarme como el príncipe ama a su princesa. Él era todo lo contrario, se viste tan casual hasta para ir a una boda, con sus jeans anchos y su camiseta por fuera, sin esmoquin, solo su chaqueta, siempre andaba despeinado,más que todo cuando se quitaba la gorra o terminaba un partido, que siempre terminaba todo sudado y sucio por todas las caidas por las que pasaba. No estoy segura de como era para él el amor hacia mi, pero mi opinion acerca de eso era que el me amaba de una manera tan loca que nunca habia podido explicar.
Ahora esos momentos ya no existen. Me Imagino todas las noches sus cálidos brazos alrededor de mi cuerpo, y siempre pienso que me hace mas fuerte, aunque en el fondo se que me estoy haciendo daño, pero es lo único que me hace feliz. No se si es que soy muy mala para explicar bien las cosas, pero debo decir que no se explicar el dolor que siento ahora, el mismo que he sentido por dos años, el mismo dolor horrible que me dejo su partida cuando su alegria era lo que me hacia feliz, y que ahora no es solo eso, si no que ahora lo veo muy feliz en brazos de otra.
La lluvia no es negra
El mar es fugaz
Aunque crece la faro
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