Al diablo con los políticos
que aparecen cada cuatro años
a llevarse nuestros votos
y que luego nos dejan en un olvido profundo
que nos reciben en las urnas con tapete rojo
y que tan pronto como hemos depositado nuestro voto
y nuestra esperanza
nos arrojan como papel higiénico.
Al diablo los políticos
y sus promesas y sus presuntas reformas
en pro de un mejor futuro que nunca llega.
Al diablo la falsa democracia
en la que se nos hace creer que somos nosotros quienes decidimos
y siempre nos dejan en la misma ansia,
en la misma incerteza,
en el mismo círculo vicioso de pensar que tenemos el poder para decidir,
cuando en realidad ya han decididos por nosotros
y sólo escogemos entre dos cabezas del mismo sistema putrefacto
que aniquila nuestros bolsillos,
que nos sume en la miseria
y que nos lleva camino a la ignorancia.
La risa es fuerte
Nunca canta el hielo
Un globo de suave
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