Como el cóndor, cuando se es joven
he vuelto a volar, como niño
con mis alas, rejuvenecidas
con mis ojos listos en el horizonte
sin el miedo de la cobardía
he visto sus cimas ondear
sus serpentinas hondonadas
y he vuelto a recordar
de la mochila roja al caminar
de pobreza y su humildad
de su trajín y su bondad.
He vuelto a volar
con los colores de mi tierra
con el olor de los manantiales
con el silbido de los querequenque
a conversar con juan
el amigo que teníamos que admirar
con nuestras luchas interminables
y yo le decía conviértete en condor para
volar lejos donde no estemos, aquí
si no en el allí para recordar.
El muy quedo decía
no, no podemos irnos ya
nos queda la chichita
de aquella que comemos con pan
con el cuycito añejado en ella
que nos pueda hacer merendar
para el otro día despertar.
Mas bien vamos al agua de oro
a ver a doña moya amanda
retozar con todos los jóvenes
del pueblo del abedul que anochece,
harray doña manda, si puede
con toditos los jovencitos.
Aunque concede el gato
Un hielo es sutil
El vino es pálido
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