Dejo a un lado el peso de la existencia,
arrojo a un margen la responsabilidad de vivir,
liberado no hallo contingencia
y así puedo colgar mis límites, al fin.
Ya no soy culpable de existir ni nadie lo es por mí,
desato cuerdas que me ataron al ir,
porque en éste estado de letras
vuelco todo lo que me condiciona a seguir.
Dejo el equipaje, que otro se vaya de viaje,
merezco un descanso, cansado de existir;
dejo el equipaje lleno de esos absurdos condicionamientos,
ya es suficiente para mí.
Totalmente suelto, en la luz de la liberación trasciendo
y lanzo al vacío todo lo que fui,
sin necesidad de explicar lo que me duele,
sin necesidad de volver de lo ausente, sin más decir,
sin obligación de respirar ni deber del estar,
sin tener que ejercitar, sin tener que conseguir.
Dejo a un lado el peso de la existencia,
arrojo al abismo todo lo que pensé de mí,
ya no más esclavizado por el tiempo,
libre como una pausa de tanto ruido que adormecí
ya no más atrofiarme en las dudas de lo que seré,
liberado del peso de existir.
Poema de Osvaldo Huja
Integra el libro «Un Naufragio Indefinido»
Ya no cocina el hielo
El número no es amplio
Desde que la lluvia ayuda
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