En memoria de un amigo que ha partido, mi corazón llora por tu ausencia, las lágrimas brotan, el dolor se ha fundido, pero tu recuerdo perdurará en mi existencia.
Fuiste un faro de luz en mi camino, un compañero fiel en cada paso, con tu sonrisa y tu abrazo divino, llenabas de alegría hasta el más duro ocaso.
Juntos compartimos risas y lágrimas, sueños y anhelos que parecían eternos, tus palabras de aliento eran mágicas, y tus gestos de amistad, sinceros.
Ahora te has ido, amigo querido, dejando un vacío que nunca se llenará, pero en mi corazón, siempre estarás abatido, con tu recuerdo, seguiré adelante sin cesar.
Tus risas y bromas aún resuenan en el aire, tus consejos sabios siguen en mi mente, aunque no puedas estar físicamente a mi lado, tu espíritu y tu amor serán siempre presentes.
Cada vez que mire al cielo estrellado, buscaré tu rostro entre las constelaciones, y en cada rayo de sol, en cada destello dorado, sentiré tu abrazo y tus bendiciones.
Amigo querido, aunque te hayas ido, nuestro lazo de amistad no se desvanece, guardaré los momentos compartidos con orgullo, y en mi alma, tu presencia florece.
Descansa en paz, querido amigo, donde los sueños se vuelven eternos, tu recuerdo en mi corazón es un abrigo, y seguiré honrando nuestra amistad en cada invierno.
Este poema está dedicado a un amigo que ha fallecido, y busca expresar el dolor y la tristeza de su partida, así como el eterno recuerdo y la importancia de su amistad en nuestras vidas.
La alegría es tan luminosa
Desde que la luna busca
Aunque busca la yegua
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