Mirar al frente nos da visión de futuro:
allí vemos el horizonte lejano;
hacia allí, la perspectiva de nuestras vidas,
hace conducir todos los destinos;
y es allí donde físicamente terminan nuestros días,
donde se cierran todos los caminos…
Pero hoy estamos en la ola enrarecida del Siglo XXI,
donde el horizonte surfea a nuestra vista,
des configurando la visión del futuro.
Es allí donde el día y la noche se juntan,
y la luna se pierde entre sombras,
en la penumbra de un día que no es día…
¡Por eso prefiero caminar de espaldas!
No quiero ver en la distancia,
el futuro sombrío;
no quiero ser cómplice pasivo del fracaso,
y por eso escribo.
No quiero ver el lejano o cercano día
en que todos nuestros ángeles de la guarda,
sumidos en la desesperanza
tantas veces padecida,
cansados ya de luchar por nuestras vidas,
se den por vencidos.
¡Prefiero caminar de espaldas!
Mirando hacia el pasado, aunque sea sombrío;
porque el pasado se conoce,
es nuestra historia,
y solo retomando nuestra propia historia,
podremos torcer nuestro propio destino…
Frank Calle (17/ septiembre/ 2021)
Aunque sostiene la danza
Desde que la playa susurra
Una lluvia de imperceptible
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