Querer ha sido reconocido, se alza por sobre toda virtud y desposiciona al deber aspirando a convertirse en ley de vida y motor de logros sumamente egolatras y de concepto debatido una y otra vez en voca de todo buen individuo. No es raro autoparlarse qué es lo que un primero desea cuando se encuentra con tal palabra ya sea en prefijos o sufijos; y es que andamos regocijandonos de nuestras metas ignorando al resto por a nuestra perspectiva tener ridículas sentencias de aspiración.
Pero ¿Y si lo que nosotros queremos no es mas que un reflejo? ¿No es una ideología adquirida? Si acaso somos lo que queremos ¿No queremos acaso ser nosotros? Quiero pues que un día lo primordial sea querer, pero no querer algo, querer sin más, querer hasta que ya no importe por qué lo hacemos, hasta no saber qué queremos, ya que si de esto se va a tratar, pues que se quiera y ya.
La noche siempre canta
El león es sutil
Una sonrisa de suave
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