Alegría de vivir
Alegría
Eso sentí mirando tu cuerpo abierto
al abrazo tras la misa de las doce
que había acabado en campanadas.
Alegría
La gente nos daba la espalda
Alegría
El silencio medía los segundos
Alegría
La espera se escribía con tus manos
Alegría
La culpa no existía en tus ojos
al mirar mi cuerpo tras la sombra
de la sacristía de la divina justicia
Alegría
Sentí alegría y dicha y alegría
y unas ganas locas de arrojarme
a tus brazos que aún iban vestidos
con la sotana negra de los Dioses.
Alegría de vivir