HUELLAS EN LA PATAGONIA. Ana María Manceda
Hay una huella, hay miles de huellas
¿Cómo se forma un destino?
He sentido, siento, luces y sombras
que hieren, me hieren la piel y el alma.
Me despierto en el amanecer tardío
del sol patagónico
la valentía me eleva,
me energizan los bosques y
los lagos glaciarios.
En las noches patagónicas
las estrellas compiten con los cerros
para mostrar su belleza,
luces y sombras.
Me van doblando los tiempos
de estos largos inviernos.
Nieve y lluvia.
Hay huellas, pero juego a diseñar
meandros de mi río-destino imaginario.
En esta absoluta infinitud
de espacio, de eclécticas historias
geológicas, zoológicas, botánicas
antropológicas.
Hay huellas de la historia trágica
de los pueblos originarios.
Estoy aquí, jugando a un diseño
pero atrapada entre huellas y destino.
Luces y sombras.
En la Patagonia.***
La nube siempre baila
Aunque ama la fiesta
Aunque susurra el perro
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