En el rincón donde el engaño se halla, se desvanece la llama que estalla, caminos que se separan con pesar, en el horizonte del olvido, he de marchar.

Laberinto de secretos y desvelos, mi corazón rompe sus anhelos, la confianza, como cristal, se quiebra, y la mentira en el viento se dispersa.

No culpo al tiempo, ni al destino, solo acepto que este amor es un camino, donde las huellas se desdibujan, y las lágrimas en silencio fluyen.

Así, en esta despedida dolorosa, mi corazón busca una senda hermosa, donde el perdón sea suave brisa, y la sanación sea mi precisa risa.

Que encuentres paz en tu andar, y que el amor te pueda iluminar, nuestros destinos toman rumbos distintos, en esta despedida, somos libres instintos.